17/5/13

De arriba haca abajo

Después de hablar de cómo emplear el método ascendente para construir nuestro mundo, ahora toca dedicarle algo de tiempo a su principal alternativa, construir desde arriba hacia abajo.

Para trabajar descendentemente debemos empezar por lo más grande para acabar llegando a lo más pequeño.

Para encontrar nuestro punto de partida solo hemos de ver qué necesitamos construir y empezar por ahí. Podemos empezar construyendo un planeta o un sistema planetario (empezar construyendo una galáxia me parece algo excesivo, aunque si quieres hacerlo...), pero también puede suceder que únicamente necesitemos un reino, o incluso una única ciudad.
Lo que hemos de tener siempre presente es que, empecemos por donde empecemos, no se debe nunca "subir de nivel". Si empezamos construyendo un reino será porque no necesitamos que tenga vecinos con quien interactuar; si no es así debemos saber cuantos reinos debemos crear , y si están en un mismo continente deberemos crearlo antes.

Una vez aclarado el dilema del punto de partida, vamos a ver algunas de las ventajas de este método:
  • Se tiene un control total sobre el trabajo que se va haciendo.
  • El resultado es consistente, al menos todo lo consistente que nuestra mente nos permita que sea.
  • Es gratificante, conforme se va avanzando nos va invadiendo esa sensación que nos da el trabajo bien hecho.
Pero no todo son ventajas:
  • Es un método difícil.
  • Requiere mucho tiempo y esfuerzo.
  • Se deben "tocar muchos palos" por lo que este método exige que tengamos ligeros conocimientos de muchos campos de estudio.
  • Requiere planificación previa. No tenemos que conocer todo lo que queremos hacer antes de empezar a construir pero sí conviene tener alguna idea de por donde queremos ir.
Ahora viene lo más importante de este método de trabajo, el esquema a seguir. Puesto que vamos a construirlo "todo" debemos tener una guía, una lista de comprobación para tener claro todo lo que debemos crear y no olvidarnos de nada.

El orden de los elementos de nuestra lista no es tan importante como puede parecer en un principio ya que, aunque el orden de algunos pasos es evidente –no es lógico crear continentes sin haber creado antes el planeta, ni desarrollar la climatología sin haber definido las masas de agua y las de tierra– en otros casos no es tan importante si hacemos algo antes o después.

Este índice requiere una entrada para él solo, así que no lo desarrollaré aquí.

Me gustaría terminar con una serie de consejos para aplicar este método y no morir en el intento. El primero de ellos es que, al menos hasta que se tenga práctica, conviene ser poco ambicioso; construir de arriba hacia abajo ya es lo suficientemente complicado como para querer que nuestro primer mundo sea un planeta tres veces más grande que Júpiter.

No olvides la ley de la hoja, decide cuando algo ya está suficientemente desarrollado y pasa al siguiente escalón. Como decía Pareto, dedica el 80% de tu trabajo al 20% de las cosas que más necesitas.

Para conseguir optimizar esfuerzos nada mejor que seguir la ley de la rueda, no inventes nada que ya exista, simplemente toma algo y úsalo como punto de partida, adaptándolo a tus necesidades.

Se consciente de que no puedes hacerlo todo a la vez, por ejemplo, si necesitas desarrollar cuatro reinos primero trabajarás en uno y después en los demás, pero antes de empezar a profundizar en el primero de ellos es importante que los esboces todos, marcando cuales son las interacciones existentes entre ellos, así se evita que cuando se retome el segundo de ellos no recordemos por dónde debíamos ir.

Por último, esta metodología de trabajo no impide volver a un escalón superior para retocar algo, pero mejor si no se hace ya que cualquier cambio se extenderá por todo lo que haya por debajo, pudiendo afectar a innumerables aspectos ya desarrollados. Eso se evita con una buena planificación previa y estando seguros, antes de bajar cualquier peldaño, de que lo que hemos hecho no necesitará cambios.

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